Bethesda Game Studios: Camino hacia las estrellas Vol.3

Tras este breve recorrido que hemos realizado en los volúmenes 1 y 2, hoy nos toca hablar de otro de los grandes exponentes de la compañía; Fallout. Sin duda alguna, hablar de Fallout es hablar de otra de las franquicias más queridos del rol occidental. Esta afamada saga llegaría por primera vez a nuestras pantallas en el año 1997, y no precisamente por Bethesda. Desde este primer momento, una frase quedaría clavada en nuestra memoria «La guerra, la guerra nunca cambia».

Este primer paso de la saga llegaría de la mano de Black Isle Studios e Interplay directamente para DOS y Windows. Ya en aquel entonces comenzaron las comparaciones entre Fallout y otro clasicazo como Wasteland. Lo cierto es que la comparativa no estaba muy desencaminada, ya que ambos universos tienen cosas en común. Sin embargo, Fallout lograría hacerse su hueco en la industria generando un estilo único. El primer capítulo de la franquicia nos trasladaría al año 2161, en un mundo que se ha visto devastado por la Gran Guerra. Un evento catastrófico para la humanidad que tendría lugar 84 años antes.

Ahora, muchos humanos se han visto obligados a vivir bajo tierra en refugios o bien a sobrevivir en un Yermo cada vez más inhóspito. En el caso de nuestro protagonista, seremos uno de los afortunados que pudo acceder a uno de estos refugios. Eso sí, tendremos que abandonar la seguridad de sus muros puesto que nos estamos quedando sin agua. Así pues, tendremos que adentrarnos en el Yermo para conseguir ese preciado chip de purificación o todo el refugio estará condenado.

Tú eres S.P.E.C.I.A.L.

Ya en esta primera entrega, la personalización de nuestro personaje era una de las señas de identidad de la saga. Y es que, aquí entraría en juego el sistema de atributos conocido como S.P.E.C.I.A.L., el cual nos permitiría mejorar las aptitudes de nuestro personaje entorno a 7 atributos (fuerza, percepción, resistencia, carisma, inteligencia, agilidad y suerte). Un sistema que ha llegado hasta las entregas más recientes y que sigue funcionando tan bien como en aquel entonces. De igual forma, los atributos de nuestro personaje nos permitirían acceder a unas decisiones u otras, generando así una experiencia muy rejugable.

Acompañando a esto, llegaría una serie de enemigos y mecánicas simplemente únicos. El concepto de la radiación y la fantástica ambientación con la que contaba el título hicieron que fuese muy bien acogido por los fans. Debido a esto, no tardaríamos en ver una secuela. Justamente un año después Black Isle volvía a la carga. En esta segunda entrega seguiríamos los pasos directos de lo acontecido en la obra original, eso sí, 80 años después.

La secuela con la que nos deleitó el equipo no fue perfecta. A pesar de que las bases se mantenían, el juego llegaría con múltiples bugs, relacionados principalmente con la censura. Y es que, el juego incluyo como NPCs a niños, con los cuales el jugador podía interactuar e incluso asesinar. El juego, a pesar de contar con muy buenos mimbres obtuvo unos resultados económicos un tanto pobres para lo que esperaba Interplay.

Una serie de malas decisiones

Posteriormente, llegaría una serie de decisiones un tanto cuestionables por parte del estudio. La buena aceptación de la saga hizo que la compañía quisiese buscar beneficios rápidamente, creando una serie de títulos secundarios que en algunos casos bajaron considerablemente el nivel. Siendo el ejemplo más claro de este cambio Fallout: Brotherhood of Steel. Un juego que se alejaba de todo lo visto hasta la fecha en la franquicia hasta tal punto que saldría exclusivamente para consolas. Además este título ya no estaría desarrollado por Black Isle.

Así pues, siguiendo la corriente que se había visto con el exitoso Baldur’s Gate: Dark Alliance, la saga se transformaría en una especie de ARPG. Eso sí, con mucho menos acierto que el citado Dark Alliance. En este punto, Interplay contaba con numerosas deudas, y el lanzamiento de este título no hizo más que incrementarlas, consiguiendo finalmente que la compañía se viera obligada a vender los derechos de la saga Fallout a Bethesda.

El renacer de Fallout de la mano de Bethesda

Ahora la saga Fallout estaba en manos de una compañía que se encontraba en alza. Bethesda, contaba con una larga experiencia con los juegos de rol gracias a su saga predilecta; The Elder Scrolls. Es por ello, que vieron rápidamente la oportunidad de trasladar todo lo aprendido a un nuevo universo, y vaya si lo hicieron. El 28 de octubre de 2008, llegaría a nuestras pantallas un lanzamiento espectacular que supuso el renacer de la franquicia. Así pues, llegaría Fallout 3.

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La tercera entrega de la saga llegaría cargada de novedades. Siendo la principal su cambio de perspectiva, pasando de una cámara isométrica a una en primera persona (aunque también contaba con la opción de la tercera persona). El juego se orientaba más a la acción incluyendo otro sistema mítico dentro de la franquicia hoy en día, el V.A.T.S., gracias al cual podíamos seleccionar las partes a las que queríamos disparar de nuestros enemigos.

A pesar de estos cambios, la nueva entrega conseguía encontrar un equilibrio casi perfecto entre narrativa, posibilidades y acción. Ya que, aun se mantenía la capacidad de personalizar a nuestro personaje y con esto, la capacidad de tomar decisiones gracias a su sistema de diálogos. Sin duda, esta tercera entrega consiguió traer de vuelta a Fallout.

Últimos lanzamientos

Tras el éxito rotundo que supuso esta entrega, no tardaríamos en ver secuelas. Siendo la primera de ellas Fallout New Vegas. Hablar de este juego es hablar de un título prácticamente de culto para muchos fans. Desarrollado por Obsidian, llegaría a nosotros una entrega que en cierto modo seguiría la estela de lo visto en Fallout 3, eso sí, con algunas novedades interesantes. Siendo una de ellas su cambio de ambientación.

Ahora nos adentraremos en el desierto del Mojave, y, tendremos la oportunidad de visitar una ciudad que no se vio afectada por la Gran Guerra, New Vegas. Adicionalmente, esta entrega contaba con un componente más rolero que su predecesor. Haciendo que muchos fans se quedasen enamorados de las posibilidades que ofrecía el título.

Tiempo después, concretamente en 2015, veríamos la que es hasta la fecha la última entrega numerada de la saga. Fallout 4, quiso seguir la estela de excelencia conseguida con los últimos proyectos de Bethesda, y lo logró. Ambientado en esta ocasión en la zona de la Commonwealth en Massachussets, el juego nos vuelve a invitar a empaparnos de su historia, sus personajes y su peligroso Yermo. Ahora bien, a pesar de que la gran esencia de esta cuarta entrega es muy similar a lo visto anteriormente, el juego incluyó algunos cambios interesantes en la jugabilidad. Como un sistema de crafteo más profundo y la posibilidad de crear asentamientos donde habitarían NPCs. El juego fue aclamado por la crítica y sigue siendo un claro exponente del buen hacer de la compañía.

Tras estas entregas más continuistas, el equipo se atrevió a dar una especie de salto al vacío con Fallout 76. Una entrega que llegaría en 2018 y que daba un giro importante a la saga convirtiéndolo en un MMO. Eso sí, con muchas de las mecánicas típicas de la saga como el V.A.T.S., sin embargo, los inicios del juego fueron muy complicados. Fallout 76, llegaría al mercado con numerosos bugs y problemas técnicos, además de la incomprensible ausencia de NPC’s. No obstante, a pesar de todos estos problemas, la compañía apretó los dientes y se puso manos a la obra logrando hoy en día darle una segunda vida a esta aventura multijugador. Ahora, aunque deseamos volver al Yermo, parece que el camino de Bethesda ha puesto rumbo a las estrellas.

Starfield: más allá de las estrellas

Como diría un tal Neil Armstrong, Starfield promete ser «un pequeño paso para Bethesda, y un gran paso para la industria». Bueno, en realidad puede que siga siendo un paso de gigante para una compañía que, ahora de la mano de Xbox, ha podido llevar a cabo su más ambicioso proyecto. Es una obviedad que talento hay de sobra en el equipo comandado por Todd Howard, pero la inyección económica de Microsoft ha marcado la diferencia desde la adquisición de Zenimax.

Tras recorrer mundos medievales con dragones y especies de todo tipo, así como un yermo repleto de monstruos radiactivos y otros tantos peligros, en Bethesda tenían claro cual era el siguiente paso; mirar hacia arriba. El espacio es siempre un concepto enigmático, mágico, con un atractivo casi poético, que bien ha sido protagonista de algunas de las mejores obras que hayamos visto en los videojuegos y el cine.

La «Odisea en el Espacio» de Bethesda

Esta vez, Bethesda ha querido ir más allá. Un salto cualitativo para traernos la evolución de lo que parece será el futuro en los juegos de exploración espacial. Porque si hay una palabra que parece vaya a definir a Starfield es esa; exploración. Sus desarrolladores han afirmado en más de una ocasión esta idea, y es que su próximo videojuego pretende darnos la libertad de vivir nuestras propias aventuras. Hacer que Starfield sea único para cada jugador. Historias de todo tipo, visitar diversos planetas y ciudades, todo parece indicar que esta será una aventura apasionante.

Personalmente, soy de esos que disfrutan con este tipo de propuestas. Me lo he pasado muy bien con juegos como Deliver Us The Moon, y pensar en lo inmenso que promete ser este juego… simplemente es algo que aún no concibo. Como todos, estoy deseando verlo en movimiento, y teniendo en cuenta los pequeños adelantos que ha dado Bethesda, algo me dice que lo veremos más pronto que tarde. Una cosa es segura, el 11 de noviembre se inicia el despegue.

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Acerca del autor

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Psicólogo amante de los juegos cooperativos, el RPG y de disparar a todo aquello que se mueva.

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